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Síntesis amplia

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Reporte Peru. EsSalud. Instituto de Evaluación de Tecnologías en Salud e Investigación.
Año 2020
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INTRODUCCIÓN: Las vitaminas son micronutrientes indispensables para el ser humano, ya que participan en diversas funcionas normales. Asimismo, su déficit puede causar serios problemas de salud. Con el abrupto advenimiento del COVID-19 y su rápido desarrollo hasta convertirse en pandemia, se han venido ofertando el uso sin prescripción médica de suplementos vitamínicos (compuestos únicos [como vitamina C] o en multivitamínicos) para prevenir o tratar el COVID-19, a pesar de que, a la fecha, no está aprobado su uso para la prevención o tratamiento del COVID-19 ni de ninguna outra infección del tracto respiratorio. Uno de los principales argumentos para la venta de estos suplementos se basa en que las vitaminas tienen un rol "fortalecedor" del sistema imnume por lo que tendrían efectos en la prevención o tratamiento de diversos problemas de salud, tales como las infecciones del tracto respiratorio. Sin embargo, la existencia de evidencia científica de un rol inmunomodulador de las vitaminas no implica necesariamente que estas deban ser eficaces o efectivas para prevenir o tratar el COVID19 o si quiera alguna otra infección del tracto respiratorio. Con la finalidad de brindar a las personas una información confiable acerca del uso de suplementos vitamínicos, la Seguridad Social, EsSalud, ha formado un Comité de Emergencias que tiene como evaluar la evidencia disponible acerca de la efectividad de los suplementos vitamínicos en la prevención o tratamiento de COVID-19. En tal sentido, el objetivo principal de esta revisión rápida es generar evidencia a partir de la literatura científica publicada que evalúe la efectividad de los suplementos vitamínicos en COVID-19. Previendo que la literatura directamente relacionada con COVID-19 sería escasa, ampliamos la pregunta de investigación para explorar la existencia de evidencia analógica, evaluando así también la eficacia/efectividad de los suplementos vitamínicos en la prevención o tratamiento de otras infecciones del tracto respiratorio (tales como , resfriado común, influenza, incluyendo neumonía). Así, esta revisón también nos permitió evaluar qué tan razonables son los argumentos utilizados para recomendar el uso de estos suplementos vitamínicos en infecciones del tracto respiratorio en general. MÉTODOS: Relacionados con el tema a tratar: uso de suplementos vitamínicos para la prevención o el tratamiento de COVID-19, infecciones por otros coronavirus o infecciones del tracto respiratorio (excluyendo tuberculosis). Para COVID-19 o infecciones por otros coronavirus: Umbrella reviews, revisiones sistemáticas, ECAs, estudios observacionales (cohortes, casocontrol o transversal). § Para infecciones del tracto respiratorio (excluyendo tuberculosis): Umbrella reviews, revisiones sistemáticas de ensayos clínicos aleatorizados controlados. RESULTADOS: De acuerdo con nuestra estrategia de búsqueda identificamos 650 estudios. Adicionalmente, hallamos 1 registros a través de otras fuentes. Un revisor (PSB) evaluó la elegibilidad de los estudios según títulos y resúmenes aplicando los objetivos de la presente revisión y la pregunta de investigación (PICO). Las referencias que cumplieron con los criterios de búsqueda fueron exportadas al software de manejo de referencias Zoter. Luego de la lectura por títulos y resúmenes se excluyeron 639 artículos por no abordar los criterios de nuestra pregunta PICO: población, tipo intervención, comparador, desenlace o tipo de estudio; quedando 12 artículos para lectura a texto completo. Luego de la lectura a texto completo llevada a cabo por PSB se incluyeron todos los artículos para la realización de este reporte de evidencia. De estos 12 artículos, nueve fueron revisiones sistemáticas y tres fueron revisiones umbrella que respondieran a la pregunta PICO. Todas las RS incluyeron ECA y todas las revisiones umbrela sincluyeron solamente revisiones de ECA . Ninguna RS o revisión umbrela evalúo la eficacia/efectividad de algún suplemento vitamínico para prevenir o tratar COVID-19 nin ninguna otra infección por coronavirus. Tres RS y dos revisiones umbrela evaluaron el efecto de la vitamina C para prevenir o tratar infecciones del tracto respiratoria, tales como resfrío común, influenza o neumonía; mientras que cinco RS y una revisión umbrela evaluaron el efecto de la vitamina D y solo una el efecto de la vitamina A. No encontramos ninguna RS ni revisión umbrela que evaluara la eficacia/efectivida de las vitaminas E, K, B6, B12, U, ácido fólico, complejo B, riboflvina o algún otor compuesto multivitamínico. CONCLUSIONES: Hasta la fecha de esta revisión, no existen estudios primarios que evalúen directamente la eficacia/efectividad de algún suplemento vitamínico (mono o multivitamínico) para la prevención o tratamiento de COVID-19. La abudante literatura existente acerca de los suplementos de vitamina C indica que su consumo de manera continua no previene el resfrío común y que su impacto sobre la duración de los síntomas es nulo o insignificante en niños y adultos. Es muy poco probable que estas conclusiones cambien si aparecen más estudios similares bien diseñados, por lo que tampoco se justifica su uso para prevenir o tratar infecciones del tracto respiratorio, tal y como viene siendo promocionado. La evidencia acerca de la vitamina D es limitada y no concluyente, existiendo evidencia contradictoria que sugiere la existencia de un pequeño efecto de esta en la prevención de infecciones del tracto respiratorio en algunso estudios, mientras que otros estudios fallan en corroborar estos hallazgos. La evidencia acerca de la vitamina A es muy limitada, existiendo incluso evidencia de un ligero incremento del riesgo de contraer infección respiratoria en quienes consumen vitamina A versus placebo.

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Brief overview: Current evidence suggests vitamin D replacement may reduce risk for acute respiratory tract infections (ARTI) in people with deficiency or insufficiency, although the effects of supplementation on incidence and severity of ARTI in the general population remain unknown. Oral vitamin D supplemzentation taken at routine doses appears to be generally safe and well tolerated. Verdict: Current experimental evidence remains inconclusive regarding the effects of vitamin D supplementation in the general population for the prevention and treatment of acute respiratory tract infections (ARTI). There is also insufficient evidence to draw conclusions regarding the impact of vitamin D supplementation on the severity or duration of ARTI, nor on outcomes related to lung injury or hospitalization from ARTI. Based on this rapid review, sources of significant heterogeneity in published clinical trials include: differences study populations, inconsistent assessment of serum status at baseline, dosing variability, varying routes of administration, and/or inconsistent definitions of outcome measures. Experimental evidence and observations in large cohorts are generally consistent that vitamin D deficiency (<50 nmol/L [<20 ng/mL]) and insufficiency (<75 nmol/L [<30 ng/mL]) of serum 25-hydroxycholecalciferol (25-OHD) concentration is associated with increased risk of ARTI, and supplementation for those with deficiency/insufficiency may lead to clinically meaningful reductions in the incidence of ARTI. In this rapid review, vitamin D was primarily administered as oral supplementation, and findings suggested significant differences in daily oral dosing compared to periodic bolus dosing. Based on the available experimental evidence, vitamin D supplementation appears to have a high margin of safety with very few adverse events reported in children or adults from a variety of dosing strategies. Future clinical trials on vitamin D should consider the sources of heterogeneity in the existing experimental research and design trials that account for baseline status, evaluate the potential for prevention and treatment in at risk populations, standardize dosing strategies, assess product quality, assess outcomes according to gold standard definitions/diagnostic methods, and delineate viral ARTI from other causes when possible. The available mechanistic evidence related to immunological requirements for adequate vitamin D, the availability of observational and experimental evidence suggestive of clinically meaningful benefits (especially in deficient/insufficient participants), and the high margin of safety, should make vitamin D a high priority for additional clinical research during the current COVID-19 pandemic. © 2020