Se llevó a cabo un ensayo doble ciego de gran escala para poner a prueba la afirmación de que la ingesta de un gramo de vitamina C al día reduce sustancialmente la frecuencia y la duración de los "resfriados". Se encontró que en términos del número promedio de resfriados y días de enfermedad por sujeto, el grupo vitamina experimentó menos enfermedad que el grupo placebo, pero las diferencias fueron menores que lo que ha sido planteado y no fueron estadísticamente significativas. Sin embargo, hubo una diferencia estadísticamente significativa (P <0,05) entre los dos grupos en el número de sujetos que permanecen libres de enfermedad durante el período de estudio. Además, los sujetos que recibieron vitamina experimentaron aproximadamente un 30% menos de días totales de discapacidad (confinados en la casa o fuera del trabajo) que los que recibieron placebo, y esta diferencia fue altamente significativa desde el punto de vista estadístico (P <0,001). La reducción de la discapacidad pareció deberse a una menor incidencia de síntomas generales como calofríos y malestar general grave, y se observó en todo tipo de enfermedades agudas, incluyendo aquellas que no involucran el tracto respiratorio superior.
Se llevó a cabo un ensayo doble ciego de gran escala para poner a prueba la afirmación de que la ingesta de un gramo de vitamina C al día reduce sustancialmente la frecuencia y la duración de los "resfriados". Se encontró que en términos del número promedio de resfriados y días de enfermedad por sujeto, el grupo vitamina experimentó menos enfermedad que el grupo placebo, pero las diferencias fueron menores que lo que ha sido planteado y no fueron estadísticamente significativas. Sin embargo, hubo una diferencia estadísticamente significativa (P <0,05) entre los dos grupos en el número de sujetos que permanecen libres de enfermedad durante el período de estudio. Además, los sujetos que recibieron vitamina experimentaron aproximadamente un 30% menos de días totales de discapacidad (confinados en la casa o fuera del trabajo) que los que recibieron placebo, y esta diferencia fue altamente significativa desde el punto de vista estadístico (P <0,001). La reducción de la discapacidad pareció deberse a una menor incidencia de síntomas generales como calofríos y malestar general grave, y se observó en todo tipo de enfermedades agudas, incluyendo aquellas que no involucran el tracto respiratorio superior.